El 24 de octubre se conmemora el Día
Internacional Contra el Cambio Climático, una jornada establecida a nivel
global para tomar conciencia sobre la importancia del grave peligro que
conllevan el calentamiento global y el cambio climático para el presente y el
futuro del Planeta.
En el marco de las acciones para combatir el
cambio climático, la noción de huella de carbono es central, ya que atraviesa
individuos, corporaciones, estados e incluso la comunidad internacional. A su
vez, es el concepto que conecta a la crisis medioambiental con los mecanismos
concretos que tenemos al alcance de la mano para combatirla.
Estos son cinco datos clave que brinda
National Geographic para comprender la noción de huella de carbono y su
relación con el cambio climático.
TODA ACCIÓN INDIVIDUAL CUENTA
PARA REDUCIR LA HUELLA DE CARBONO
Se
conoce como huella de carbono a la
cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que provocan las
actividades humanas, ya sea por cada persona según sus hábitos cotidianos y sus
patrones de consumo o en forma colectiva. Los gases de efecto invernadero son
aquellos que generan el calentamiento global y se miden en toneladas o kilos de
dióxido de carbono.
“Las elecciones que hacemos, por ejemplo, en
la forma en que viajamos, los alimentos que consumimos y la ropa que llevamos
puesta, impactan directamente en la huella de carbono que dejamos porque cada
uno de esos productos o servicios es el resultado de un determinado modo de
producción que deja una marca en el medio ambiente”, explica el activista climático y Joven Explorador
de National Geographic Society Eyal Weintraub.
Al poder medir el tamaño de nuestra huella de
carbono, podemos cambiar nuestro estilo de vida y así reducirla. Si optamos por
trasladarnos en bicicleta en lugar de auto, o evitamos el uso de bolsas plásticas,
o consumimos productos locales y sostenibles, estamos tomando acciones
individuales concretas que impactan positivamente en nuestro entorno,
reduciendo la marca que dejamos.
LA RELACIÓN ENTRE LA HUELLA DE
CARBONO Y EL CAMBIO CLIMÁTICO ES ESTRECHA
Las emisiones de gases de efecto invernadero
que produce la huella de carbono están estrechamente ligadas al calentamiento
global y el cambio climático. El “efecto invernadero” es el calentamiento que se produce cuando
ciertos gases de la atmósfera de la Tierra retienen el calor. Estos gases dejan
pasar la luz, pero mantienen el calor como las paredes de cristal de un
invernadero. En otras palabras, la luz solar brilla en la superficie terrestre,
donde es absorbida, y a continuación vuelve a la atmósfera en forma de calor.
En la atmósfera, los gases de invernadero retienen parte de este calor. Cuantos
más gases de invernadero, más calor es retenido.
Ese calor se extiende a lo largo y a lo ancho del Planeta, provocando un
incremento paulatino de la
temperatura promedio global. Ese incremento de temperatura es lo que genera el
cambio climático, que se evidencia en todo tipo de fenómenos meteorológicos
como sequías, inundaciones y olas de calor.
PODEMOS MEDIR NUESTRA HUELLA DE
CARBONO
La emisión de gases de efecto invernadero que
producen nuestros hábitos cotidianos puede medirse mediante herramientas
concretas. Esa medición es el punto de partida para trabajar en la reducción
del impacto.
Existen muchos sitios y aplicaciones donde
medir nuestra huella de carbono a través de calculadoras que multiplican los
datos de consumo de distintas actividades por su fuente de emisión en relación
al gas o combustible utilizado. En cada una de ellas, los usuarios deben
responder una serie de preguntas sobre sus hábitos de consumo y acciones cotidianas.
¿Un ejemplo? La calculadora de
huella de carbono disponible en el sitio oficial de la Organización de Naciones Unidas
(ONU).
LA REDUCCIÓN DE LA HUELLA
INDIVIDUAL CONTRIBUYE A LA REDUCCIÓN DE LA HUELLA COLECTIVA
A partir de las medidas tomadas a nivel
individual para reducir la huella de carbono, es posible impactar a escala más
grande. “La suma de todos
esos pequeños esfuerzos hace una diferencia; y a partir de la suma de los
pequeños esfuerzos es que se incrementan los niveles de conciencia y se va
generando una retroalimentación entre las acciones individuales y las acciones
colectivas”, señala Weintraub. “Es importante lo que
puede hacer cada uno a nivel personal porque también sirve para después poder
impulsar y fomentar medidas colectivas, tal vez ligadas a políticas públicas,
cambios de modelos de negocios, o dónde deciden invertir los grandes fondos de
inversión”, agrega el especialista.
EL CALENTAMIENTO GLOBAL DEBE LIMITARSE EN
LOS PRÓXIMOS AÑOS
A través de pactos multilaterales, la comunidad internacional se
comprometió en el Acuerdo de París a limitar el aumento del calentamiento global a un
máximo de 2 grados centígrados, y alcanzar preferentemente un máximo de 1,5. “Pasar
la línea de 1,5 generaría un efecto dominó y cambiará el punto de equilibrio de
ciertos ecosistemas”, explica Weintraub.
Como parte del compromiso global, y en línea con lo suscripto en el
Acuerdo, la ONU indica la necesidad de trabajar en la
reducción en un 45% de emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, y en
llegar a la neutralidad de carbono para 2050. “Carbono neutralidad no
significa que no haya emisión de gases de efecto invernadero, sino que se logre
absorber la misma cantidad de gases que se emiten, a través de mecanismos como
la reforestación”, detalla el Explorador.
En este proceso, las acciones cotidianas que se toman a nivel individual
también están en sintonía con las medidas que se puedan tomar a gran escala.
Todos los días, desde nuestros hogares, nuestros barrios y nuestras
comunidades, podemos sumarnos al cambio y hacer nuestro pequeño aporte para
proteger al Planeta desde hoy y asegurar un futuro más sustentable para todos.
Para conocer más: Nationalgeographicla.com/loquehacescuenta
0 Comentarios